La civilización mesopotámica constituye una de las etapas esenciales en el desarrollo de la humanidad: el nacimiento de las aldeas y después de las ciudades, el descubrimiento de la agricultura, la invención de la cerámica y del metal. Los mesopotámicos fueron los creadores de los estamentos sociales; la casa como punto de anclaje de la familia, el templo como residencia del dios, el palacio como centro del poder.
Así, pues, puede pensarse:
- o bien que no existen seres vivientes y que un vigoroso esfuerzo de la técnica podría dar las últimas explicaciones y reducir a polvo toda la vida; o bien que hemos emprendido un camino falso, ya sea porque la imposibilidad de comprender la vida tal vez pueda un día ser probada, ya sea porque para acercarse a dicha vida sea preciso construir una ciencia original de la cual no tenemos ni las líneas generales ni el lenguaje ni la técnica ni siquiera la metafísica.
En buena metodología, el primer punto de vista es el que debería adoptarse en primer término. Haría falta intentar construir máquinas suficientemente potentes para destruir la vida definitivamente. Por esto los sabios se han inclinado todos hacia la técnica, animados en esta ocasión por el apasionamiento que proporciona la investigación fundamental. De ahí ha resultado una verdadera reflexión científica sobre la técnica y las máquinas, cuyos resultados se condensan generalmente con el nombre de Cibernética.
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